yo te adoré como un niño
tu te viniste conmigo
y te burlaste de mi
que Dios me mandó un castigo.
Dos lágrimas de amargura
de tus ojos vi caer
y me mandó mi querer
bebérrmela con locura
en tus labios me clavé
Porque te lo has merecío
yo debía de despreciarte
quiero apartarte al olvío
y yo no hago más que nombrarte
ay que por tí yo voy a perder el sentío.
Ay Carbonerillo. Detrás de tu voz va la mía intentando parecerse, y me gritan los gatos alaridos porque hasta pereza les da arañarme. Qué maravilloso ha sido que uno de nuestros visitantes me recuerde que tengo que poner más temas del Carbonerillo. Porque cada vez que lo escucho ya no puedo parar por una temporada. Ese flamenco antiguo con sabor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario