Qué ganas de llorar
en esta tarde gris
en su repiquetear
la lluvia habla de ti
remordimientos de saber
que por mi culpa nunca, vida nunca te veré
mis ojos al cerrar te ven igual que ayer
temblando al implorar de nuevo mi querer
y oye tu voz que vuelve a mi en esta tarde gris
ven, triste me decías
en esta soledad
no puede más el alma mía
ay ven, y apiádate de mi dolor
que estoy cansado de llorarte
sufrir y esperarte
y hablar siempre a solas con mi corazón
ven, pues te quiero tanto
que si no vienes hoy
voy a acabar ahogado en llanto
ay no, no puedo más vivir así
con este amor clavado en mi
como una maldición
no supe comprender
tu desesperación
y alegre me alejé
en alas de otro amor
que sólo y triste me encontré
cuando me vi tan lejos
y mi engaño comprobé
Hoy el sol resplandece por los cuatro costados. El calor se pega en la piel en esta Málaga inmisericorde, que en Julio y Agosto nos castiga (o nos regala) con su sol más impetuoso. Pero una tarde puede ser aún gris en la costa del sol en el verano más ardiente. Gris. Y Diego es la voz potente que consigue perforar la realidad y melancolizar lo que parece imposible de otra manera. Olé Diego. Y nuestras tardes grises.