porque vivo a mi manera
a mi me tienen por loco
de lo que la gente diga
eso se me importa poco
tú eres peor que el veneno
te voy a echar tierra en los ojos
pa que sepas lo que es bueno
por el hablar de la gente
yo olvié a quien bien quería
pa mientras viva en el mundo
se me acabó la alegría
soy piedra y perdí mi centro
y me arrojaron al mar
y a fuerza de mucho tiempo
mi centro vine a encontrar
soy hombre que abro camino
por estas tierras que quiero
aquí está escrito mi sino
porque sé que aquí me mmuero.
las florecillas silvestres
se menean cuando paso
a ti solita te quiero
y a nadie le hago caso.
en jerez las seguirillas
y en córdoba las serranas
en sevilla que es mi tierra
la soleá de triana
el hombre va por la vía (vida)
como la piera (piedra) en el aire
esperando la caía (caída)
Y es que a veces tenemos poco que hacer. Las cosas pasan y ya. Pero sólo a veces. Afortunadamente no somos piedras, ni pieras ;-) Y en estos momentos en los que está cayendo la que está cayendo, es importante que tengamos conciencia de ser, conciencia de que somos algo más que piedras o borregos. Y El cabrero es un gran pregonero de este tipo de pensamiento: no somos borregos. Y la mejor forma de demostrarlo no es rajar con el compañero sobre qué malos son nuestros políticos o qué difícil se me hace que me den trabajo. Tenemos los políticos que nos merecemos, y los empresarios son gente como nosotros, y nosotros podemos ser empresarios o políticos si lo quisiéramos. Ni los unos ni los otros son piezas hechas de un material diferente que han sido abonados con billetes de 500€. No se equivoquen, son personas como nosotros. La queja está muy bien si viene acompañada de la acción. Si no, es simple pataleta de crío.
Actúen. Tomen las riendas de sus vidas. Aún queda tiempo para la caída, que sólo será cuando nuestras manos estén quietas y nuestro pecho frío. Lo demás es sólo causalidad, y las causas las puedes gestionar a tu antojo.
qué mala eres, qué mala eres
por ser tan mala nadie te quiere
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