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sábado, 15 de mayo de 2010

Menos faltarle a mi mare de mi alma



Menos faltarle a mi mare de mi alma
to te lo consiento serrana
menos faltarle a mi mare
que a una mare no se encuentra
y a ti te encontré en la calle
vete, vete, vete
si te tiene cuenta

te acuerdas de aquella copla que escuchamos aquel día
sin saber quién la cantaba ni de qué rincón salía
pero qué estilo, qué duende, qué sentimiento y qué voz
creo que se nos saltaron las lágrimas a los dos.


Toíto te lo consiento menos faltarle a mi mare
que a una mare no se encuentra
y a ti te encontré en la calle.

No vayas a figurarte que esto va con intención
tú sabes qué por ti tengo clavao en mi corazón
el querer más puro y firme que ningún hombre sintiera
por la que Dios, uno y trino, le entregó de compañera


Pero es bonita la copla
y entra bien por soleares

toíto te lo consiento menos faltarle a mi mare
y me he enterao casualmente de que le faltates ayer
y nadie me la contao, nadie
pero yo lo sé
yo tengo entre dos amores mi corazón repartío
si me encuentro a uno llorando es que el otro lo ha ofendío

Y mira nunca me quejo de tus caprichos constantes
quiero un vestío, quiero un reloj, de brillantes
ni me importa que la gente vaya de mi murmurando
que soy para ti un juguete
que si más quitao los mandos
que en la diestra y en la siniestra tienes un par de agujeros
por donde se va a los baños el río de mis dineros

con tal que nunca de mi lao te me separes
toíto te lo consiento menos faltarle a mi mare
porque ese mimbre de luto que no levanta su voz
que en seis años no ha tenío contigo ni un si ni un no
Que anda como una pavesa que no gime ni suspira
que se le llenan los ojos gloria cuando nos mira
que me crió con su sangre
que me llevó de la mano para que me santiguara
como todo fiel cristiano
y a las candelas de un hijo consumió su juventud
Cuando era cuarenta veces mucho más guapa que tú
tienes que hacerte a la cuenta que la has visto en los altares
y jincarte de rodillas antes de hablarle a mi mare
porque el amor que te tengo se lo debes a su amor
que yo me casé contigo porque ella me lo mandó
conque a ver si tu conciencia se aprende esta copla mía
mu semejante a aquel cante que escuchamos aquel día
sin saber quién la cantaba ni de qué rincón salía.


A mi mare de mi alma la quiero desde la cuna
por dios, no me la avasalles
que mare no hay más que una
y a ti yo te encontré en la calle.

Ahora toca acordarse de la mamita de uno. Que siempre me regaña porque no voy a verla. Y lleva razón. Porque siempre la lleva. Y punto. Y no hace falta que sea el día de la madre para acordarse uno de la que le dio la vida. Así que este post va dedicado a ella, empezando por el romance clásico de Pepe Pinto, artista de artistas para este tipo de cantes que se están perdiendo, y terminando por una nana de los Morente, padre e hija, precisamente.


A la nanita nana
nana les haremos
una chozita en el campo
y en ella nos meteremos.

A la nanita nana
nana ea.

Mare, mare, mare...
toitas las mares tienen pena y amargura
pero la tuya es la mayor.

A la nanita nana
nana ea.
A la nanita nana
nana les haremos
una chozita en el campo
y en ella nos meteremos.

Porque duermes solo, pastor
y en tu cama de guerra
ahora duermes sin dios
el aire que respiras, pastor
en tu viento de guerra
ahora duermes sin dios

en los arroyos fríos
veo tu cara
tu mare ya no viene
ahora quién te cantará
tu mama ya no viene
ahora quiń te cantará
en los arroyos fríos
veo tu cara

mare, mare, mare, ...



Quieres descargar Menos faltarle a mi madre del itunes? Ahí lo llevas:
Pepe Pinto - Flamenco Y Copla - Menos Faltarle A Mi Mare

Quieres descargar la nana de oriente de itunes? Ahí la llevas:
Enrique Morente - Morente Flamenco (En Directo) - Nanas (Bulerias) [Radio Edit]

2 comentarios:

Pedro Delgado dijo...

""Diez céntimnos le di a un pobre
y me bendijo a mi madre.
¡Qué limosna más chiquita
y qué recompensa tan grande!

Naranjito de Triana por tientos

Saludos flamencos

Unknown dijo...


Hace poco me pasó algo parecido:

Dí unas monedas a una persona necesitada y me deseó que Dios me lo pagara. Comprendí que esa persona me había dado mucho más de lo que yo le di: una bendición de Dios a cambio de unas monedas. Comprendí que había resultado enormemente retribuido.
Desde entonces ayudo más seguido a los necesitados.