Las letras, las palabras de fandangos, soleares y seguirillas. De alegrías, bulerías, cantiñas y malagueñas. De quejíos y lamentos. De palmas y jaleos. De Andalucía, Extremadura, Cataluña y Murcia. Letras que me erizan el pelo. Flamenco.
Menos faltarle a mi mare de mi alma to te lo consiento serrana menos faltarle a mi mare que a una mare no se encuentra y a ti te encontré en la calle vete, vete, vete si te tiene cuenta
te acuerdas de aquella copla que escuchamos aquel día sin saber quién la cantaba ni de qué rincón salía pero qué estilo, qué duende, qué sentimiento y qué voz creo que se nos saltaron las lágrimas a los dos.
Toíto te lo consiento menos faltarle a mi mare que a una mare no se encuentra y a ti te encontré en la calle. No vayas a figurarte que esto va con intención tú sabes qué por ti tengo clavao en mi corazón el querer más puro y firme que ningún hombre sintiera por la que Dios, uno y trino, le entregó de compañera
Pero es bonita la copla y entra bien por soleares
toíto te lo consiento menos faltarle a mi mare y me he enterao casualmente de que le faltates ayer y nadie me la contao, nadie pero yo lo sé yo tengo entre dos amores mi corazón repartío si me encuentro a uno llorando es que el otro lo ha ofendío
Y mira nunca me quejo de tus caprichos constantes quiero un vestío, quiero un reloj, de brillantes ni me importa que la gente vaya de mi murmurando que soy para ti un juguete que si más quitao los mandos que en la diestra y en la siniestra tienes un par de agujeros por donde se va a los baños el río de mis dineros
con tal que nunca de mi lao te me separes toíto te lo consiento menos faltarle a mi mare porque ese mimbre de luto que no levanta su voz que en seis años no ha tenío contigo ni un si ni un no Que anda como una pavesa que no gime ni suspira que se le llenan los ojos gloria cuando nos mira que me crió con su sangre que me llevó de la mano para que me santiguara como todo fiel cristiano y a las candelas de un hijo consumió su juventud Cuando era cuarenta veces mucho más guapa que tú tienes que hacerte a la cuenta que la has visto en los altares y jincarte de rodillas antes de hablarle a mi mare porque el amor que te tengo se lo debes a su amor que yo me casé contigo porque ella me lo mandó conque a ver si tu conciencia se aprende esta copla mía mu semejante a aquel cante que escuchamos aquel día sin saber quién la cantaba ni de qué rincón salía.
A mi mare de mi alma la quiero desde la cuna por dios, no me la avasalles que mare no hay más que una y a ti yo te encontré en la calle.
Ahora toca acordarse de la mamita de uno. Que siempre me regaña porque no voy a verla. Y lleva razón. Porque siempre la lleva. Y punto. Y no hace falta que sea el día de la madre para acordarse uno de la que le dio la vida. Así que este post va dedicado a ella, empezando por el romance clásico de Pepe Pinto, artista de artistas para este tipo de cantes que se están perdiendo, y terminando por una nana de los Morente, padre e hija, precisamente.
A la nanita nana nana les haremos una chozita en el campo y en ella nos meteremos.
A la nanita nana nana ea.
Mare, mare, mare... toitas las mares tienen pena y amargura pero la tuya es la mayor.
A la nanita nana nana ea. A la nanita nana nana les haremos una chozita en el campo y en ella nos meteremos.
Porque duermes solo, pastor y en tu cama de guerra ahora duermes sin dios el aire que respiras, pastor en tu viento de guerra ahora duermes sin dios
en los arroyos fríos veo tu cara tu mare ya no viene ahora quién te cantará tu mama ya no viene ahora quiń te cantará en los arroyos fríos veo tu cara
mare, mare, mare, ...
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