Hacía tiempo que no escuchaba a Manolo Caracol. Ya era hora. Y buena hora. El año empieza con Arcangel y Caracol (por favor, no quiero comparaciones, que ya la tuvimos buena con la Zambra 5.1).
Cuando tú me eches de menos
has de salir tú a buscarme
como el caballo sin freno
y a la calle me sali
a la gente que pasaba
les preguntaba por ti
no quiero caudales
ni ningún dinero
lo que quiero es tenerte yo a la verita mía
prima mía de mi alma
serrana, que es lo que quiero
pa qué sirven los caudales ni los dineros
serrana mía
que sabes lo que te quiero.
A veces pienso que la voz de Caracol existe en el tiempo porque sin ella no seríamos los mismos los que ahora nos toca vivir. La primera vez que escuché a Caracol un torrente de flamenquismo se apoderó de mi. Visualicé un flamenco puro, ya que no conocía la cara de este artista. Vi el poder de este cante como nunca lo había sentido. Y es por eso que Caracol para mi es el grande entre los grandes. Esta es una de las letrillas que recuerdo de aquellas primeras veces:
Lástima me da de ti
las cuestecitas prima mía que tu bajes
luego las vas a subir
Candelita que enciendo
entre al bujío
ay que poquito calienta
con tanto frío.
Disculpad si no fueran correctas, ya que las escribo tal cual las recuerdo.
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