Tía Anica La Piriñaca, otra de esas joyas del flamenco antiguo que de vez en cuando hay que rescatar de los viejos discos y escucharlo una y otra vez. Es de estos cantes puros que nos recuerdan de dónde viene este arte. Los inicios en los que la voz y la guitarra se acompañaban el uno al otro y ellos sólos. La voz quebrada y la guitarra limpia.
Siempre por los rincones te encuentro llorando.
Que yo no tenga libertá en la vía si te doy mal pago.
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