se emborracha de los aromas
de los caramelitos del niño.
Yo no sé cómo
ay los hoyitos de tu cara
yo me los como.
Aquí se le ve al potito la semejanza que tiene al cantar bulerías con el maestro Camarón, al que tanto admira. Hasta los gestos de la cara se parecen.
Aunque domina pocos palos del flamenco, por lo que algunos lo consideran un cantaor de poco nivel, es verdad que las bulerías y los palos de esta rama los resuelve con mucha calidad.
En la raíz de un olivo
yo escondí toa mi esencia
y se la vino a encontrá
una gitanita vieja
Es posible que fuera en la película Flamenco de Carlos Saura donde por primera vez escuché cantar al duquende. Aunque en este escenario comparte cante con el potito, y a veces se le puede encuadrar en la generación post-camarón, en la que, si no todos, la mayoría, fue en algún momento considerado sucesor de Camarón, este cantaor ha madurado a lo largo de los años. Así, ha demostrado que, además de ser un cantaor bastante más largo que aquellos a los que nos referimos antes, también aporta un peculiar estilo propio al cante, que le permite pasar de imitador a cantaor. Para mi un auténtico artista. Si hay realmente un sucesor de Camarón, ese es Juan Cortés, Duquende.
Cansao de tanto andar
tirando por algunas tierras
estoy cansao de llamá
a la aldabita de tu puerta
y tú no me contestas
Mi vía es mía
tu vía es tuya
por qué no las juntamos y hacemos una.
Una vez que me asomé
al pocito del cariño
me encontré con tu queré
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