Tomatito y Camarón. Miradas de complicidad y de entendimiento. Admiración mutua. Flamenco reinventado. Del que gusta a casi todos.
En el mundo de las tecnologías hay quien critica a Bill Gates por sus políticas de negocio y por su forma de vender y reinventar el software. En cierta manera por revolucionar este mundo del software. Pero hay que agradecerle en parte a él y a su compañía que hoy haya un ordenador en cada hogar y que personas jóvenes y mayores puedan acceder a estas máquinas de forma tan sencilla.
A Camarón de la isla se le podrá criticar de muchas formas. Pero en parte hay que agradecerle a él que el flamenco no haya muerto con los flamencos puristas, o que no se haya convertido en un arte para minorías como le ha ocurrido a la Copla. La copla ha muerto. El flamenco perdura porque se mezcla. Porque renace y se reinventa en cada artista grande como Camarón, Enrique Morente, Duquende, Arcángel. Y eso es lo que distingue a los buenos cantaores de los genios del cante flamenco.
Te miraste en el espejo y te dijiste bonita
pero no sabes que eres la mancha que no se quita.
Una cruz en el hombro
que hecha primita mía de oro y marfil
dejarme que yo muera en ella
sin ella no puedo vivir.
En el fondo de los mares
yo vi de brillá una roca
to llenita de corales.
Y ya no me cantes cigarra,
ya para tu sonsonete
que llevo una pena en el alma
como un puñal se me mete
sabiendo que cuando canto
suspirando va mi suerte
bajo la sombra de un arbol
al compas de mi guitarra
canto alegre este huapango
porque la vida se acaba
y no quiero morir soñando
ay como muere la cigarra.
La vida es un pasatiempo...